El peso de las memorias

Oye las plegarias y ve  lágrimas derramarse, todos se acercan, escucha muchas preguntas y muchos "Te vamos a extrañar", pero no reconoce a nadie, si al caso a uno de ellos, cree recordarle de la escuela.
«Si le hubiera hecho caso a mi madre» se lamenta, luego un sentimiento de resignación la invade, con una nube de paz.
 Se llevan su cuerpo, caen las rosas sobre la caja, luego puños de tierra, luego paladas de tierra, y todo cesa, el ruido se queda afuera, dos metros bajo tierra, aguardará quince días para ver a los suyos llorarla, para ver caras conocidas llenarse de humedad, para ver el anhelo fugarse  al comprobar que es ella, al confirmar que la han velado días antes creyéndola otra, ahora, allí, de nuevo hacia la tumba, se lleva las ilusiones de algunos, las esperanzas de hallarla con vida. 
Caen las rosas, caen los puños de tierra, luego paladas de tierra, y todo cesa, el ruido se queda fuera, ahora descansará en paz, ahora se irá de entre los mortales para nunca más volver a sus afanes, a sus calles, a ver a caras conocidas, a no creer más en este mundo frenético, ahora se irá, se apagan los sueños de ser Chef, se van las fantasías. Y camino a casa,  alguien maldice a los cobardes. 
-Que Dios perdone lo que han hecho, y que los castigue el hombre por su cobardía...Si me hubieras hecho caso mija...-  Luego el silencio desnuda los pasos, y se oyen pisadas sobre calles polvosas, de quienes van reviviendo recuerdos,  de gente que va llorando, de gente que va rezando en vos baja, muy baja. Las huellas se hacen más hondas, es el peso de las memorias. 

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