Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta Glin Oliva

El hedor confunde a las aves.

Imagen
Confundida, colgada de sus alas, el ave, daba vueltas en el aire en busca de la fuente del hedor. Finalmente planeó hacia una rama de un palo jiote.  Al borde del barranco, un zopilote adulto, enderezaba con su pico, algunas de sus plumas desalineadas, mientras con sus juiciosos ojos le observaba, reconociendo una duda en su rostro. Observarle le recordó su etapa temprana, cuando descubrió la respuesta que al parecer precisaba el joven pájaro. Entonces se acercó para compartirle ese algo que las aves aprenden a tal edad. -Ahora sabes, que la carne podrida huele igual que algunas conciencias humanas, poco a poco serás  tan hábil como para evitar distraerte y perder tiempo con ese hedor tan parecido. Incrédulo, el joven zopilote, se maravillaba con tal similitud. ¿Quién hubiese creído que las conciencias, al igual que la carne muerta se pudren, y que el hedor confunde a las aves?. Glin Oliva 

El ronrón suicida

Imagen
Un día más es siempre un día menos,  ciegamente caminamos hacia caminos temidos, constantemente jugueteando con la vida y la muerte, despreciando a una y temiendo a las dos, pensó el ronrón, luego sorbió.  -Hubo una vez un ronrón insensato, cuyos hábitos suicidas le arrastraban hacia la tumba de manera prematura. Su corazón  amenizaba como bombo de banda su paso vacilante, mientras él, con su cuerpo adormecido y sus alas atrofiadas luchaba por conservar el equilibrio.  Al prieto ronrón Le gustaba lamer veneno, de a poquito, para morir lentamente, le hacía perder la razón, suficiente para alucinar  pero no para expirar de golpe; su muerte era lenta, un masoquismo  pausado, un habito oscuro que le llevaba a la muerte  en una procesión de culpa e insensatez. Adelantada, una carroza le esperaba aunque su cadencia fuera lenta, en medio de un juego macabro de autodestrucción. Arrastrando sus patas adormecidas, rallando el piso, lento y zigzagueante, su mover, era un arañar quedito, un ruido

Purgatorio, planeta Tierra

Imagen
El hallazgo A sus 65 años, jubilado, Raúl estaba incorporando a su vida un pasatiempo, así que se compró un detector de metales, radicaba en un complejo residencial en desarrollo, un terreno muy amplio, situado en las afueras de la ciudad, un espacio rural que con el tiempo habría de ser absorbido por la urbanización. La locación era un área boscosa, un bosque seco, poco tocado por la mano del hombre. Por las mañanas, se alejaba con sus perros y su detector; había durante un mes, colectado algunas monedas y objetos perdidos por los posibles compradores de lotes, llevados allí como clientes potenciales por los vendedores del proyecto inmobiliario. Pero ese día iba ser diferente.  El aparato se volvió ruidoso en señal de haber encontrado algo, Raúl se lanzó de inmediato hacia el lugar señalado por el dispositivo. Era un cilindro de metal cubierto  de óxido , aún así, su contenido estaba íntegro ; papeles enrollados uno sobre otro. El texto era enigmático. Horas más tarde, c olocó en el m

La bola anti bullying

Imagen
[Un cuento sobre como lidiar con el acoso escolar] Cuando el más grande de los estudiantes grandes alcanzó sexto grado, habría de ser despojado de su tiranía. El timbre gritó el inicio de la jornada y un tropel de niños inundó los pasillos. Toro pasó frente al grupo de estudiantes que aguardaba a que los salones fueran abiertos. El pasillo estaba lleno de sonrisas, semblantes de resignación, peinados brillantes, bolsones nuevos y bolsones remendados, libros en las manos, zapatos nuevos y zapatos raspados, pantalones grises nuevos y pantalones grises gastados, voces, miradas de amistad y miradas curiosas. Finalmente Toro llegó al inicio de la fila y todos se empujaron en secuencia como piezas alineadas de dominó un espacio hacia atrás, ahora el primero de la cola era  Toro. La maestra alcanzó la puerta a las ocho con dos minutos, saludando y recibiendo una ola de buenosdías en respuesta. Justo después de ver a la maestra entrar al salón de clases, Toro dio un pisotón haci